¿A quién le importa hablar de impuestos? Muchas
veces he escuchado: " mientras menos mejor". Esto es muy cierto, más cuando afecta nuestro
bolsillo de forma directa y no lo ignoramos.
Sin embargo como miembros de la comunidad debemos
contribuir a ella. Para quienes son religiosos las palabras de San Pablo: "Además, cuando estábamos con ustedes
les dijimos claramente: el que no quiera trabajar que tampoco coma" (1
Tes. 3, 10)
No podemos trabajar sin andar por la calle que tiene
asfalto, alumbrado, dormir en la casa de un barrio donde patrulla la policía,
tirar nuestros desechos sin que nos contaminen, todos recibimos servicios del estado por los cuales contribuimos, consiente
o inconscientemente.
Queremos volver en este blog sobre el principio del beneficio uno de los dos
principios fundamentales de la teoría
tributaria. Este es un principio severo como las palabras de San Pablo. Si
no aporta que no reciba.
La sociedad no es un mecanismo económico, por tanto
las decisiones tampoco son económicas y racionales, sino, que intentamos
sumarle criterios de racionalidad para vivir mejor.
Esa potestad la hace cumplir con su fuerza de
coerción manifestada en el derecho
"Penal Tributario" donde se equipara la evasión al robo.
Cuando hablamos de una ética ciudadana que exige
sus derechos también hay que hablar fuertemente en una ética
ciudadana que cumpla sus responsabilidades.
El egoísmo natural de nuestra condición humana nos
puede guiar a querer disminuir el estado y aplicando la misma máxima de San
Pablo decir que cada quien se las arregle. Sin embargo las palabras del Apóstol
son para una comunidad.
La tentación de las ciencias económicas es imaginar
una comunidad de privados que no es
lo mismo que decir un mudo laissez faire, un mundo libre, porque quien más
tiene impondría las reglas y volveríamos al sistema feudal.
Vivir en
democracia implica beneficiarnos
de los impuestos y pagar por estos beneficios. Nos parece prudente invitar a los
políticos a esforzarse por mostrar eficiencia en su administración para que el
ciudadano pague satisfecho.
Esta invitación tiene mecanismos concretos, el sistema presupuestario utiliza planes,
programas y proyectos. Es necesario que afine su lápiz y no escriba vaguedades, ponga objetivos
medibles y defina antes , a quienes, y a cuantos desea llegar y podrá llegar.
Usted ciudadano demándelo, elija una secretaría,
algo de su interés, algo que le influya en su comercio, en su trabajo, en su
barrio. Nosotros lo esperamos en el Tribunal y le enseñamos a abrir el presupuesto
y buscar los datos.
También puede encontrar en nuestra página links a
informes económicos de nuestras auditorias ya relazadas.
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