Muchas
veces uno se encuentra con distintos tipos de quejas. Las quejas insaciables,
las quejas resignadas, las de ira, la
queja ignorante, la queja ambiciosa, la de poner a todos en la misma bolsa. Uno
mismo pasa por cada una de estas quejas a lo largo de la semana.
Sin
embargo cuesta sacar de esa queja una propuesta, una actitud de cambio, aun un
reclamo especifico. Como si la queja surgiera de una insatisfacción
existencial. Creo que sí, que muchas veces tiene que ver con mis propias
insatisfacciones. Es por eso que cuesta pedir el libro de reclamos, que cuesta
hablar con el encargado, que cuesta poner en palabras el mensaje en ese dichoso
libro de sugerencias.
Aprender a reclamar es el desafío, porque ya sabemos quejarnos, pero un
reclamo debe ser inteligente, debe tener tacto, debe estar bien dirigido, debe
llevar a una solución.
En
los reclamos a la prensa por lo general se confunden las jurisdicciones y se
pide educación al intendente, mejoras urbanas al gobernador, buena atención
municipal al presidente.
Uno
de los ejes a trabajar en la cultura ciudadana son los niveles de gobierno y
las competencias de estos.
La perfecta escusa política al desconocimiento del vecino es pasarse la pelota
de nivel a nivel.
¿De
qué se ocupa el municipio? De la salud primaria, del bacheo y la
infraestructura urbana, del agua, el transporte, la basura, entre otras cosas.
¿De
qué se ocupa la provincia? De la educación en los colegios, de la salud en el
hospital, de obra pública de mayor envergadura, de los caminos provinciales.
¿De
qué se ocupa la nación? De la regulación de mercados, de obra pública, de las
rutas nacionales, de la educación superior y más.
También
hay competencias compartidas y otras sobrepuestas o duplicadas. Cada
administración elabora un presupuesto por planes y programas y el vecino puede
conocer dichos planes, no necesariamente todos, sino los que le son cercanos,
para controlar y reclamar.
¿Cómo
sumar aun no siendo gobierno?
En
este espacio hemos hablado de ética ciudadana y ese es el asunto de la
convivencia democrática y la politización de la sociedad no como partidización
sino como puesta en discusión de las problemáticas que nos atañen.
Evidentemente
no es el asunto la moralina social, ni el dedo acusador apuntado a un funcionario
en particular, ni un descargo de la responsabilidad de gestión. Hablar de ética
ciudadana es un ejercicio de autocritica personal para que mejore el encuentro
social.
Es
así que a nosotros también nos cuesta pedir el libro de reclamos, escribir una
sugerencia, plantear las cosas de forma resolutiva y salir del rezongo y la crítica.
Pero allí está el desafío ¿Cómo sumar aun no siendo gobierno?
Al linkear el botos "participar en este sitio" se abre una ventana que invita a iniciar sesion con una cuenta ya creada... elegi twiter y reiteradamente sale este cartel:
ResponderEliminarLo sentimos...
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Con el link "Sé el primero" sucede lo mismo.
Comunico esto para que realicen un chequeo... gracias