Pasada
esta hermosa navidad donde el clima festivo se retraso un poco, pero al fin
llegó de la mano de un incremento en ventas, nos parece oportuno hacer un
cierre de nuestras reflexiónense sobre el meteoro climático que nos azotó el 8
de Diciembre y puso en evidencia muchas cosas de cómo somos como sociedad.
Pensar
esta ciudad es más que pensar en eficiencia, en administración, economía,
ética. Es pensar con esos criterios muchas más cosas que nos suceden a los
Riocuartences.
Es
tratar de entendernos como sociedad, tratar de entender nuestro comportamiento.
En ese esfuerzo nos encontramos la semana pasada al hacer una autocritica como
sociedad.
No
podemos dejar de ver los elementos estructurales del desastre social que provoco
un fenómeno similar a un huracán.
¿Ha
respondido bien el estado? Podríamos decir que sí dentro de sus límites
estructurales. El comité de crisis se reunió ni bien terminada la tormenta,
asistió a los mas damnificados, se aprobó dos millones y medio de pesos vía
fundación social para asistir a las personas, la empresa provincial de energía
trajo cuadrillas de refuerzo para trabajar y se fue restableciendo la luz y el
agua a la ciudad.
Sin
embargo si los políticos tuvieran la voluntad de avanzar sobre los problemas estructurales
de la ciudad, en vez de hacer spot publicitarios con nuestro dinero, este
juicio sería totalmente diferente. El estado se comporto como loco sin sobrero.
El agua: Increíblemente el viento y la lluvia dejaron la
ciudad sin agua, que va por caños. La dependencia energética para la extracción
de agua y la falta de previsión de sistemas de abastecimiento alternativos de
energía nos dejan como una ciudad totalmente vulnerable. Aún restablecida la energía
no llegaba el agua.
La luz: es sabida la desinversión de la empresa provincial
de energía eléctrica (EPEC) ya veranos pasados tuvimos cortes programados. Un
problema estructural del país y también de la provincia es la energía. Ya sea
en el mantenimiento de los postes y los tendidos, en la renovación tecnológica,
en la logística técnica, EPEC muestra permanentemente un desprecio por el
ciudadano, con su falta de responsabilidad para responder públicamente. No se
articulo con el estado ni con la sociedad civil el trabajo, ni se emitió un
mensaje alentador a la población.
La prevención: ¿Se prepara Río Cuarto para afrontar catástrofes ambientales?
No se generan hipótesis de desastre, ni se invierte en infraestructura que
permita ordenar el sistema urbano. No está en discusión los riesgos sanitarios
de la ciudad.
Los agentes sanitarios: no se ha vacunado al personal ni a los voluntarios
antes de las actividades de riesgo, como tampoco se ha organizado los
dispensarios y el hospital en un esquema de crisis donde, el plantel en vez de entrar
en asueto se reconvierta en agente de prevención alertando por los efectos
sanitarios posteriores del agua, el corte de la cadena de frio, la intemperie.
No se puede decir que no hay lesionados por el temporal porque no hubo lesiones
exteriores. Los riesgos sanitarios y la contaminación -sobre todo en los
lugares más humildes- van a generar un sin número de enfermedades producto del
agua y la falta de energía que van a pasar invisibles como problemas
individuales.
Hay
una violencia social en los reclamos, pero también hay una violencia por parte
del estado que no asume un rol protagónico en las cuestiones fundamentales del
desarrollo urbano.
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