miércoles, 14 de agosto de 2013

CASA PARA UN TIPO COMO YO (II)

Para todos los que creen que sus logros son fruto únicamente de su esfuerzo personal se me acabaron las recomendaciones sobre el merado inmobiliario en las dos entregas anteriores donde decíamos que para tener una casa hay que invertir o trabajar como única fuente para acumular dinero y poder ser parte de los que "quieren y pueden" o sea del mercado.
Por eso allí donde comienza la sociedad, está el acuerdo entre partes (el mercado) y el acuerdo entre muchos (la polis). La sociedad es un acuerdo entre muchos por medio de los proceso políticos. En esos acuerdos se establecen prioridades y está allí la pata que le falta a la economía para que un tipo como yo tenga casa, y también empresa… (como veremos en alguna otra entrega)
El estado incide en la economía, beneficia a unos o a otros. Una forma de acumulación u otra. Es mentira que el estado alguna vez no existió. Entonces para que exista mercado inmobiliario el estado debe garantizar la propiedad de la tierra, luego debe instituir la vivienda como bien de cambio (mercancía) a su vez debe garantizar que un agente económico especule "tenga expectativas positivas" o "clima de negocio" de que si intercambia con esa mercancía conseguirá un rédito.
No se termina allí, el primer paso para que el agente acumule es pisar los salarios para incrementar su ganancia. El estado puede intervenir con paritarias distribuyendo o desregulando y flexibilizando. El segundo paso es especular sobre los precios y el estado intervendrá desregulando de tal forma que el precio del alquiler sea mayor para que sea más tentador invertir, o también puede intervenir subsidiando (la tierra o el interés) lo cual no afectará el negocio en el mercado de la construcción pero si en el de la intermediación.
Al límite del mercado, cuando las personas no tienen las mismas oportunidades porque no salen de la misma línea de partida o se consumen todo su salario para sobrevivir aprese la necesidad de redistribuir la renta. Pero aun antes de reflexiones economicistas sobre los recursos en un mundo abarrotado que llego a producir alimento para la totalidad de los habitantes es necesario hablar de la ética, de una filosofía para actuar con quien tenemos al lado.
La ética como herramienta para mirarnos a nosotros mismos y nuestra situación frente al otro. Hay una corriente económica que trata de fundamentar que todos nos beneficiamos del beneficio social. Sin embargo hay un esquema de valores que esta sobre el eficientismo y la filosofía utilitarista, valores humanos que están cualitativamente, filosóficamente o como quiera decirse por encima de decisiones económicas. No hay una economía del bienestar, hay bienestar con parámetros económicos, no es economía política sino política económica, simplemente así. Sin dejar que la religión de la ciencia ponga por positivo lo normativo.
¿Tiene el otro derecho a la dignidad, a no pasar frio en invierno, a tener las mismas condiciones de partida que yo? ¿Es injusto que al otro le den lo que yo no tengo?

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