jueves, 5 de septiembre de 2013

De la queja al reclamo

Muchas veces uno se encuentra con distintos tipos de quejas. Las quejas insaciables, las quejas resignadas, las  de ira, la queja ignorante, la queja ambiciosa, la de poner a todos en la misma bolsa. Uno mismo pasa por cada una de estas quejas a lo largo de la semana.
Sin embargo cuesta sacar de esa queja una propuesta, una actitud de cambio, aun un reclamo especifico. Como si la queja surgiera de una insatisfacción existencial. Creo que sí, que muchas veces tiene que ver con mis propias insatisfacciones. Es por eso que cuesta pedir el libro de reclamos, que cuesta hablar con el encargado, que cuesta poner en palabras el mensaje en ese dichoso libro de sugerencias.
Aprender a reclamar es el desafío, porque ya sabemos quejarnos, pero un reclamo debe ser inteligente, debe tener tacto, debe estar bien dirigido, debe llevar a una solución.
En los reclamos a la prensa por lo general se confunden las jurisdicciones y se pide educación al intendente, mejoras urbanas al gobernador, buena atención municipal al presidente.
Uno de los ejes a trabajar en la cultura ciudadana son los niveles de gobierno y las competencias de estos. La perfecta escusa política al desconocimiento del vecino es pasarse la pelota de nivel a nivel.
¿De qué se ocupa el municipio? De la salud primaria, del bacheo y la infraestructura urbana, del agua, el transporte, la basura, entre otras cosas.
¿De qué se ocupa la provincia? De la educación en los colegios, de la salud en el hospital, de obra pública de mayor envergadura, de los caminos provinciales.
¿De qué se ocupa la nación? De la regulación de mercados, de obra pública, de las rutas nacionales, de la educación superior y más.
También hay competencias compartidas y otras sobrepuestas o duplicadas. Cada administración elabora un presupuesto por planes y programas y el vecino puede conocer dichos planes, no necesariamente todos, sino los que le son cercanos, para controlar y reclamar.
¿Cómo sumar aun no siendo gobierno?
En este espacio hemos hablado de ética ciudadana y ese es el asunto de la convivencia democrática y la politización de la sociedad no como partidización sino como puesta en discusión de las problemáticas que nos atañen.
Evidentemente no es el asunto la moralina social, ni el dedo acusador apuntado a un funcionario en particular, ni un descargo de la responsabilidad de gestión. Hablar de ética ciudadana es un ejercicio de autocritica personal para que mejore el encuentro social.
Es así que a nosotros también nos cuesta pedir el libro de reclamos, escribir una sugerencia, plantear las cosas de forma resolutiva y salir del rezongo y la crítica. Pero allí está el desafío ¿Cómo sumar aun no siendo gobierno?

1 comentario:

  1. Al linkear el botos "participar en este sitio" se abre una ventana que invita a iniciar sesion con una cuenta ya creada... elegi twiter y reiteradamente sale este cartel:
    Lo sentimos...

    No pudimos gestionar tu solicitud. Inténtalo de nuevo o vuelve un poco más tarde.

    Con el link "Sé el primero" sucede lo mismo.

    Comunico esto para que realicen un chequeo... gracias

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