martes, 19 de agosto de 2014

¿De Qué Industria Hablamos Cuando Hablamos De Industria?

-Todos estos análisis son hipótesis en discusión, sujetos a ser refutados-


Concluíamos el blog anterior pensando en el inversor que hará a Río Cuarto una ciudad industrial.
Podemos decir que dicho inversor para recuperar el capital hundido que implica la inversión industrial y generar negocios atractivos es un inversor con un proyecto de escala. Río Cuarto por su modelo de estado  y de desarrollo económico ha pensado su industrialización bajo el paradigma neoliberal y se ha quedado en lo ´90.



Este no es momento de discutir el liberalismo sino de comprender cuál es la matriz que rige la visión industrial de la ciudad.
El esquema industrial planteado en los ´90 es un esquema de desarrollo de las ventajas competitivas junto con la desregulación de los mercados para garantizar la estabilidad de las inversiones (no de otras vertibles como el empleo o el desarrollo). Estas ventajas competitivas están vinculadas a la explotación y manufactura de los productos agrícola-ganaderos.
Necesariamente este esquema tiene dos requisitos una inversión de escala, lo cual supone mucho capital, y libertad en el manejo de los recursos naturales. Estas condiciones no son endógenas de los agentes económicos locales sino que en un modelo de apertura se reciben por medio de inversión extranjera directa (IED).
Tal influencia ha generado este modelo que ha modificado hasta el paisaje urbano definiendo en el código de planeamiento la instalación de las empresas hacia el sur. ¿Pero qué empresas se instalaran al sur? Al terminarse el modelo aperturista se produce un desbalance urbano dejando rezagado en infraestructura y dinamismo el sur de la ciudad.
Pero hay otro modelo de industrialización y es un modelo endógeno, con la fuerza del desarrollo de los propios "emprendimientos de garaje" y si se presta atención, la generación de técnicos del colegio industrial de la década del 50 es hoy la generación de metalúrgicos de la ciudad.
Estos modelos podrían convivir y de hecho conviven, pero no explican de igual manera la composición de la facturación de la ciudad.  En todo caso debemos preguntarnos ¿de qué modelo industrial avalamos cuando hablamos de industria?



No solo esto, como ciudadanos que costos ambientales estamos dispuestos a pagar según el modelo de industria que queremos. Recientemente se le dijo NO a una planta de la transnacional Monsanto y esa decisión política marca un conflicto entre la sociedad y el modelo de industrialización extractivita  por inversiones extranjeras directas.

Lo importante a definir de qué modelo de industria hablamos nos permite salir a buscar el inversor y conocer el tipo de inversión que se quiere generar. 

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